La suavidad del agua los convierte en seres sensibles pero también con un temperamento que puede dar un giro de 180 grados en cualquier momento. Por ejemplo, cuando han tomado la decisión de dejar a una persona o acabar con una relación son difíciles de convencer para que den un paso atrás. Crédito: Shutterstock
Aunque cambian de objetivos o de parecer según su estado de ánimo, siempre esperan lo mejor de la vida y es muy difícil que algo les derrumbe. Tardan muy poco en darse cuenta de si algo va a salir bien o no, y gracias a esta capacidad, siempre están en busca de nuevos retos que sí logren alcanzar. Crédito: Shutterstock
Aunque parezca que están a tu lado, en realidad están volando, ideando o pensando en otras cosas. Su mundo interior es muy rico, tanto como su imaginación se lo permite, y siempre están soñando con los ojos abiertos, pensando en la inmortalidad del cangrejo, el futuro, sus pendientes, el "si hubiera", cualquier cosa... Crédito: Shutterstock