Crítica de Glee 3x17: Dance With Somebody
La semana pasada dije que Glee venía por buen camino desde que regresó de su “pausa”, pero el buen momento le duró una semana exacta. Dance With Somebody fue un tributo a Whitney Houston, pero la verdad es que no pude ver mucho de tributo a la artista en sí, sino que me dio la impresión de que fueron un montón de covers de canciones al azar y no supieron encontrar la forma adecuada de relacionarlos con las emociones que están atravesando los personajes.
Tal vez es cosa mía, pero el episodio no me produjo emoción alguna, cuando era más que claro que la intención era despertar la nostalgia de los televidentes ante la inminente graduación que se avecina.
Además, otra cosa que también llamó mi atención es que Whitney Houston represente una inspiración para estos adolescentes de secundaria. Puedo entender que artistas como Lady Gaga o Britney Spears, inclusive Michael Jackson o Madonna, puedan llegar a ser “inspiraciones” para las generaciones más nuevas. Pero no me parece que ese sea el caso con Houston, con lo que me dio la impresión de que el tributo parecía obligado.
No digo que el haber hecho un tributo esté mal, tan sólo que no me pareció adecuado, al igual que las canciones. Desde mi punto de vista, las canciones tampoco fueron representativas del momento que están viviendo estos jóvenes.
Tiempo de decir adiós
Tal como se viene anticipando en los últimos episodios, la graduación se avecina y eso es precisamente en lo que “ están intentando enfocarse los guionistas”. Pero en esta ocasión se desviaron un poco del camino y se notó.
Como es habitual todas las semanas, los chicos de New Directions tuvieron que someterse a un ejercicio, en esta ocasión: tomar la muerte de Houston y, a modo de reflexión, tratar de dimensionar el crecimiento personal de cada uno y como grupo. En vistas de que se les acaba el tiempo, de pronto todos se dieron cuenta de lo poco que se han valorado los unos a los otros en los años de secundaria que les ha tocado compartir. Entonces, que mejor que pretender que “somos todos amigos, nos amamos y nos decimos que jamás vamos a olvidar esos momentos que pasamos juntos”.
El problema que veo acá es que todo sucedió de forma precipitada… el show está precipitando las cosas. Se suponía que esta temporada iba a tratar sobre la graduación, pero sólo ha tenido relevancia en los tres últimos episodios.
Con respecto a Will ( Matthew Morrison), puedo entender que un profesor se encariñe con un grupo de estudiantes, a quién no le ha pasado de tener a un profesor compinche durante los años de estudio. Sin embargo, llegar al punto de querer modificar tu boda para que ellos puedan asistir… ahí derrapa de nuevo! Encima se supone que debía ser todo emotivo, y no lo fue.
Creo que en general el show se las arregla bastante bien para reflejar emociones, pero en este caso me parecieron forzadas. Rachel ( Lea Michele) tratando de hacerse amiga con Santana ( Naya Rivera); Puck haciendo regalos a los chicos, pareció sacado de la nada, y probablemente siga ese mismo curso.
Blaine/Kurt – Quinn/Joe
Hablando de parejas, hubo una pequeña crisis entre Kurt y Blaine. Kurt ( Chris Colfer) conoció a lo que parecía ser su media naranja en una tienda de música, extrañamente llamada Between the Sheets (entre las sábanas), un chico llamado Chandler, con quien compartía muchas cualidades y gustos. A Blaine ( Darren Criss) no le agradó nada saber que su novio lo estaba “engañando”, vía mensajes de texto y se tomó muy en serio la situación.
Una vez más, Emma estuvo presente para resolver los problemas de pareja, y fue ahí cuando nos llegamos a enterar que las reacciones de Blaine se deben a que no quiere perder a Kurt, y que tiene miedo que una vez que dejen McKinley High no vuelvan a verse. ¿Tierno y romántico? Puede ser, aunque me pareció innecesario traer al frente otra disputa de parejas, y encima con un tercero de por medio.
Anticipé algo de esto cuando se emitió Big Brother. Esta potencial aproximación entre Quinn, Joe y Artie. Por supuesto este último quedó eliminado del medio, y ahora Joe ( Samuel Larsen) no se puede resistir a los encantos de la rubia. Por su parte, Quinn ( Dianna Agron) ve como de a poco se desvanece todo su optimismo en lo referente a su recuperación. En fin, le veo poco futuro a esta “potencial pareja”, especialmente porque conociendo como se desarrollan los capítulos en Glee, dudo que le den mayor trascendencia en lo que queda de serie.
Ya queda poco para el final de temporada, así que espero que se pongan las pilas y que los últimos episodios traigan al viejo Glee de regreso, aunque sea sólo para disfrutar de la graduación, las despedidas, y las nacionales. El próximo capítulo se llama Choke, y al parecer veremos algunas audiciones para NYADA, y por supuesto, una nueva estrella invitada.