Los 30 segundos más importantes de tu ducha: te ayudan a mejorar tu piel, pelo y más
Bañarte es una de las actividades más cotidianas que haces y a la que probablemente no le estás sacando todo el provecho posible. Más allá de ser un must en nuestra rutina de cuidado e higiene personal, tu ducha puede ayudarte a tener una mejor piel, pelo e incluso salud. El secreto está en los últimos 30 segundos que estás bajo el agua de la regadera.
Si disfrutas de duchas súper calientes tal vez te desanime escuchar que al final de tu baño lo mejor es cerrar la llave caliente, abrir la fría y darte un regaderazo con esta fresca agua. Sin embargo, tal vez te convenzas una vez que conozcas los beneficios que este breve momento bajo el agua fría puede darte.
Además, el agua muy caliente por muy deliciosa que se sienta en las mañanas de invierno, no es tan buena que digamos, ya que remueve los aceites naturales del cuero cabelludo que mantienen hidratado al pelo e incluso puede irritar y resecar la piel. También puede quitarle brillo al cabello y deslavar más rápido el color si tienes tu melena teñida.
En este sentido, lo mejor es bañarte con agua tibia. Además, con esta temperatura tal vez ya no sientas tan brusco el cambio cuando decidas terminar tu baño con 30 segundos de agua fría.
Un regaderazo de agua fría puede ayudar a mantener la vitalidad y efecto radiante y suave de tu pelo y cutis. Con respecto a tu piel, influyen en tus poros, al ayudarlos a contraerse un poco y así lograr una apariencia más suave y tersa.
Además de los efectos directos en tu belleza, The British Journal of Sports Medicine explica que el agua fría te da un boost de energía, ayuda a acelerar tu metabolismo e incrementa tu circulación: cosas que suenan muy bien si quieres empezar tu día de la mejor manera.
Las duchas frías también tiene un efecto positivo en tu estado de ánimo. Un estudio de la Commonwealth University School of Medicine concluyó que el agua fría activa el sistema nervioso simpático, lo cual puede aumentar los neurotransmisores como la norepinefrina y las endorfinas que nos provocan la sensación de bienestar y placer.
El cambio brusco de temperatura al despedirte de la regadera con agua fría tal vez te haga creer que tienes una mayor probabilidad de resfriarte pero es todo lo contrario. Una investigación del Centro Médico Académico de Ámsterdam descubrió que el 79% de las personas de su grupo de estudio que experimentaron duchas que empiezan con agua caliente y terminan con fría redujeron su faltas en el trabajo por enfermedad.
De acuerdo con Healthline, el shock que produce el agua fría en el torrente sanguíneo estimula a los leucocitos, las células que nos ayudan a combatir infecciones y otras enfermedades, por lo cual nuestro cuerpo puede resistir con mayor facilidad afecciones comunes, como resfriados o gripe.
¿Te animas a terminar tus baños con 30 segundos de agua fría?
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