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Mundo

Qué ver en Roma

Publicado 29 May 2012 – 08:30 AM EDT | Actualizado 5 Abr 2018 – 01:47 PM EDT
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Roma es una forjadora de mitos, un monumental museo, una ciudad dinámica y a la vez cálida, radiante de belleza. Sus siete colinas, pequeños montes, la enmarcan y la protegen: Palatino, Cirinal, liminal, Esquilino, Celio, Aventino y Capitolio. La Loba de bronce, escultura que homenajea a aquella que dicen alimentó a los fundadores de la ciudad, Rómulo y Remo, fue realizada en el siglo V a.C. y de origen marcadamente etrusco, hoy está albergada en el Palacio de los Conservadores.

Mitos de Roma

Toda la historia de la ciudad está plagada de hechos violentos y destrucción, invasiones y rencillas internas la dejaron en ruinas varias veces pero resurgió siempre y más majestuosa aún. En el siglo I d.C.el emperador Augusto reemplazó los ladrillos por el mármol en las construcciones, esto le proporcionó a Roma un aspecto suntuoso.

De la época de oro romana quedan restos de la que fuera la casa de Nerón, varios anfiteatros, el gran circo oval denominado Coliseo (en el que se sobreponen tres hileras de arcos de estilos dórico, jónico y corintio respectivamente) y bastantes kilómetros de la carretera empedrada conocida como Vía Apia que se sabe enlazaba la capital con los rincones más alejados del imperio.

Posteriormente, al comenzar la era cristiana, los primeros creyentes enterraban a sus muertos en las catacumbas, donde celebraban además sus ceremonias religiosas. Hay kilómetros de ellas bajo tierra. Viendo más adelante su fe consolidada los cristianos construyeron en la superficie y así nos legaron las cuatro grandes Basílicas que datan de la época del emperador Constantino: San Pedro, Santa María Mayor, San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán.

Artistas romanos y obras imperdibles

Del Renacentismo quedaron las iglesias de Santa María del Popolo, Sant’Agostino, Santa María Sopra Minerva, Santa María di Loreto, San Marcos y Santa María de la Pace, el palacio Farnesio, la Cancillería y el castillo de Sant’Angelo.

Si no estamos en la cuna del Renacimiento si estamos, al menos, en el mayor museo renacentista del mundo, sólo basta para convencerse visitar los apartamentos de los Borgia, la Capilla de Fra Angélico, las cámaras y logias de Rafael y la mayor de todas las creaciones, la Capilla Sixtina.

La joya de la ciudad es la Basílica de San Pedro, en la que colaboraron el arquitecto Bramante, Rafael y Miguel Ángel. Este último dota a la Basílica de dos obras maestras muy diferentes, una es clásica, mesurada, la estatua de La Piedad; la otra es colosal, imponente, la grandiosa cúpula que la corona.

Roma es eterna.

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