Una joven en un club nocturno como señuelo: la táctica de secuestradores en Tijuana
Las autoridades han revelado nuevos detalles sobre el modus operandi de una peligrosa banda de secuestradores de Tijuana, México, a la cual le adjudican el asesinato de nueve personas, incluyendo tres ciudadanos estadounidenses que estaban de paseo o vivían en esa ciudad fronteriza.
El Departamento de Justicia (DOJ) desveló recientemente una acusación contra seis integrantes de esa organización criminal, quienes se encuentran detenidos en México. Otros dos cómplices ya habían sido arrestados en California en mayo de 2020 y aparentemente aceptaron cooperar con el gobierno.
Documentos judiciales indican que un estadounidense que vivía en aquella ciudad y un mexicano cayeron en las garras de este grupo delictivo el 8 de enero de 2020 cuando se encontraban en un centro nocturno de Tijuana. Allí conocieron a Victoria Camila Espinoza Ballardo, una joven de 22 años, y a otro cómplice no identificado. Fue la última vez que los vieron con vida.
Ambas víctimas aceptaron acompañar a Espinoza Ballardo a una casa en Tijuana, de la cual no salieron con vida. Germán García Yera Hernández, presunto líder de la banda, y otras personas los mantuvieron en cautiverio a punta de pistola.
“Después de determinar que las víctimas A y B no tenían dinero, de la organización de tráfico humano de Yera golpearon y mataron” a estos hombres, describe una acusación de 20 páginas.
“Creo que lo van a matar”
Espinoza Ballardo también se habría encargado de llevar a Edgar Esteban Guzmán, un residente de Los Ángeles, al motel Aqua de Tijuana el 11 de abril de 2020. El jefe de la banda le pidió a través de Facebook que “lo cuidara” y ella le respondió: “sí, lo sé”.
Guzmán visitaba a un familiar en México. Al día siguiente del rapto, los criminales le llamaron a su madre para decirle que “estaba en problemas” y le exigieron pagar un rescate de 25,000 dólares.
Más tarde, a través de Messenger, le enviaron una foto en la cual Guzmán aparecía con el rostro “brutalmente golpeado”. Seguía en la habitación del motel al cual lo llevó la joven de la banda.
El 13 de abril de ese año, quienes terminaron cooperando con el gobierno conversaron por Facebook sobre este incidente. “Tienen al tipo”, dijo uno de ellos. “¿Cómo lo tienen?”, preguntó el otro. “Atado de pies y manos, jaja. Me dio la dirección a donde tengo que ir”, mencionó refiriéndose al lugar donde iría a recoger el rescate, al otro lado de la frontera.
Leslie Briana Matla, una estadounidense de 20 años, fue al motel donde estaba la víctima para tomar las llaves de su coche, un Chevrolet Camaro, que la familia aceptó entregar como parte del pago, además de 1,000 dólares. Ella recibió el auto en el estacionamiento de una tienda Lowe’s en Norwalk, en el condado de Los Ángeles. Para que la identificaran, fue descrita como “una mujer embarazada”.
"Si ellos te detienen, diles que te pagaron 200 dólares por recoger ese auto", le aconsejaron.
En otra conversación que el gobierno recopiló como evidencia, la mujer que sirvió como señuelo le advirtió a uno de los informantes en un mensaje de WhatsApp: “Los padres (del secuestrado) no están bien. Estamos presionando. A veces ocurren accidentes, pero serás recompensado".
Este le transmitió la noticia a Matla con menos optimismo: “Creo que lo van a matar”.
El cadáver de Guzmán fue encontrado el 14 de abril por elementos de la Unidad Antisecuestros de Baja California y ese mismo día lo identificaron sus familiares. Cuando estos revisaron la cuenta de Google de Guzmán, encontraron que había estado en el motel Aqua.
Cobraron el rescate, pero lo asesinaron
La primera víctima mortal de este grupo fue Salvador Acosta Medina, residente de San Diego. Las autoridades encontraron su cadáver el 29 de marzo de 2020, un día después de que su hijo trató de liberarlo siguiendo las instrucciones de los secuestradores: colocó una bolsa con 25,000 dólares en efectivo en el baño de mujeres de un restaurante McDonald’s de San Ysidro.
Su esposa denunció el crimen a la unidad antisecuestros de la Fiscalía de Baja California, que a su vez le notificó al Buró Federal de Investigaciones (FBI). Ella rastreó la ubicación de su marido a través de una aplicación en su celular, que reveló había estado en el motel Aqua. Es posible que Espinoza Ballado o alguna otra mujer de la banda lo llevaron a ese lugar.
La acusación señala que tras el pago del rescate el 28 de marzo de 2020, el líder de la organización le dijo a uno de sus cómplices: "está hecho" y "esto fue un buen trabajo", seguido de un video en el que se observa una gran cantidad de dinero en efectivo.
Usando la cuenta de WhatsApp de Acosta Medina, los delincuentes les avisaron a sus familiares el mediodía del 29 de marzo que estaban a punto de liberarlo. Sin embargo, la Policía halló su cuerpo esa misma tarde. Dos días después sus familiares cruzaron la frontera para identificar el cadáver.
Las autoridades mexicanas solo lograron rescatar con vida a un residente de Pasadena, por quien pedían un rescate de 20,000 dólares. El dinero se recogería en el estacionamiento de una tienda Food4Less de Lynwood. El 22 de abril de 2020, policías lograron sacarlo del motel Aqua.
En otro caso, estos delincuentes siguieron de cerca una víctima potencial que “tenía una gran cantidad de dinero”. En abril de 2020, le espiaron y fotografiaron afuera de su casa. A través de mensajes privados en Facebook, el jefe de la organización supo a qué hora salía de su domicilio y uno de los informantes se ofreció a secuestrar a la persona, pero se desconoce si el rapto logró concretarse.
El FBI sigue investigando este caso y cree que puede haber víctimas que aún no han sido identificadas. La Fiscalía de Baja California afirma que la banda estaría detrás de por lo menos 20 asesinatos en Tijuana.
Yera Hernández, Espinoza Ballardo y otras cuatro personas han sido acusados de cargos de conspiración para com}eter un secuestro que resulta en una muerte y de extorsión. Si son declarados culpables de estos delitos, enfrentarían una sentencia de cadena perpetua o pena de muerte.
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